UTV, el vehículo que vale para todo
El mercado de los automóviles está repleto de modelos de todo tipo. Todo el mundo conoce a los tradicionales turismos, los deportivos, los todoterrenos o incluso los SUV que tanto están dando que hablar estos últimos años. Sin embargo, el abanico disponible va mucho más allá, y hay un tipo de automóvil en concreto que está ganando bastante tracción por su versatilidad y sus curiosas prestaciones. ¿De cuál hablamos? Del UTV (Utility Task Vehicle), también conocido como Side by Side.
¿Qué es exactamente? Es un híbrido entre coche y moto, sin llegar al mínimo de los quads. De hecho, se cataloga como un cuatriciclo pesado y funciona como un todoterreno. Puede desplazarse por casi cualquier superficie, como sucede con los automóviles 4x4, pero contando con unas dimensiones mucho más reducidas y un precio bastante más económico. Su popularidad se ha extendido por su diseño y por su utilidad, aunque vamos a ahondar un poco más en sus prestaciones para entender mejor cómo funciona.
Desgranando al UTV
Como sucede con la inmensa mayoría de vehículos con una potencia notable, los UTV principalmente funcionan con motores de combustión de gasolina. Así han sido casi siempre, porque ahora, en pleno boom de los automóviles híbridos y eléctricos, cada vez encontramos más opciones que abogan por estas fuentes de energía alternativas, y que dan muy buenos resultados. Lo cierto es que es en ellos donde más sentido cobra el uso, por ejemplo, de un motor eléctrico. Son pequeños, por lo tanto tienen poco peso y no necesitan tanta fuerza. Aunque los hay que pueden llevar hasta 6 personas encima, o cargas de 500 kilos de peso.
Su fin utilitario queda claro viendo su aspecto. En la parte trasera suelen contar con una caja de carga o incluso con opción para instalar remolques de mucho peso. Su uso está destinado principalmente a la actividad agraria, aunque cada vez es más frecuente verlos con fines lúdicos, con modelos que pueden llegar a alcanzar los 70 kilómetros por hora y con estructuras que recuerdan sobre todo a los buggies. De hecho, algunos son prácticamente idénticos entre sí.
Por supuesto, debido a las velocidades que alcanzan, su envergadura y sus prestaciones, los UTV están obligados a pasar la tradicional inspección técnica (ITV) y estar matriculados. Por eso mismo, para conducirlos hace falta tener al menos el permiso de conducir de clase B, y la ley también exige que el vehículo tenga un Seguro de Responsabilidad Civil. En caso de no tenerlo, no podrá circular por ninguna parte. Como decíamos, su popularidad se ha disparado, y eso también ha llevado a cierta ignorancia por falta de información. En caso de intervención de las autoridades, un vehículo sin asegurar siempre acarrea una sanción tanto económica como de puntos en el carnet de conducir.
Siempre han estado ahí, pero están viviendo un boom de popularidad de lo más curioso. Cada vez más centros multiactividades ofrecen la posibilidad de realizar circuitos con UTV, o hay más campos de cultivo en los que se utilizan como vehículos para transportar cargas o moverse con facilidad. Y tú, ¿los conocías?
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